lunes, 8 de agosto de 2011

Psicología del botón Me Gusta

Esta es una interpretación libre del trabajo de Zygmunt Bauman en Identidad y Modernidad Líquida, pensándolos con el caso de el botón "Me Gusta" de Facebook. Es parte de un trabajo realizado por Agustín Salaberry (aka Yupisalsa) para UDESA

Parece mentira que el año pasado el botón "Me Gusta" (o "Like") no existía, hoy es impensable la web sin él, pero no pensemos que es un producto de Facebook (mucho menos de Google con el +1)

Este sencillo botón llegó para revolucionar la forma que nos relacionamos en las redes sociales, pero es importante entender cómo simplemente materializa la forma en que nos comprometemos con los sucesos sociales que nos rodean.


La era del compromiso se acabó, entendemos que es el fin de los ideales escritos en piedra, de las organizaciones gigantes, que se mueven lentamente proyectando una gran sombra a su paso. Estos grandes totems de la modernidad se quiebran cuando intentan moverse al ritmo que las nuevas tecnologías le impusieron a la interacción social, al flujo de la información, la relatividad de la distancia, a la fluidez de las personas.

Aunque también hay que decir que Argentina es un sitio muy peculiar, donde conviven elementos de distintas épocas, los organismos gigantes de características sólidas (imperturbables, inamovibles) como los clubes de fútbol, los grandes partidos políticos, el barrio, las tradiciones. Con los nuevos objetos de características líquidas (en constante movimiento, particulares) como el consumo, las tribus.

Nadie se imagina siendo hincha de un club de fútbol durante una etapa del año y cambiando a otro equipo durante otra, ni siquiera podemos entender la diversidad de los partidos políticos y dialogar entre nosotros. Es uno u otro.


Pero si podemos imaginarnos, trabajando para una empresa por la mañana, siendo fanáticos de una banda, amantes del barrio en que vivimos. Que nos gusten de a ratos los perros y de ratos los gatos. La idea de hacer carrera en una empresa es algo que ya casi no se ve, los jóvenes están mucho más dispuestos a cambiar de empresa como de peinado, creciendo en un espiral horizontal de compañía en compañía, o incluso viendo que posibilidades hay de emprender en un viaje propio.
Este es el terreno en el que nos movemos, un rio que fluye con gente que renueva identidad constantemente, que nunca termina de definirse porque no quiere alinearse debajo de un tótem. Los milenials somos nómades identitarios, no por eso menos definidos que generaciones anteriores, sino que entendemos que en el movimiento está la definición.

La empresa de investigación de mercado BOX1824 en su video We all want to be Young nos muestra como es esta definición de los milenials, que se construyen a partir de fragmentos pequeños y temporales que no causan fijaciones permanentes.

El botón "Me Gusta", aparece en este contexto, dentro de una red social que llevaba 5 años identificando relaciones entre personas. El botón like es la relación con un momento, un objeto, una marca, una persona, un mensaje. Es esta forma de relacionarse con un ideal poco relevante, de esos que no hacen daño y no buscan ser permanentes. Son efímeros, temporales, fáciles de implementar y de retirar. Dicen mucho y no dicen nada.


Si tuvieses que tocar el botón "Me gusta" con una sola cosa en tu vida y no pudieras cambiarla nunca más, ¿a qué se lo darías? ¿a una persona? ¿a una marca? ¿a un chiste? ¿a una foto?

Nadie se propone esta definición, porque es una definición de otra época. Recordemos ese momento en que tenés 17 años y estás por terminar el colegio, tenés que definir si vas a seguir una carrera, tu futuro, qué vas a ser el resto de tu vida. El futuro es esa piedra que te entregan, y tu decisión es el cincel con el que la vas a tallar, estamos preparados para esa decisión?


Como si no tuviéramos suficientes casos donde la carrera no define el éxito. Descreemos de esa decisión definitiva como formadora de identidad, de la misma forma que hoy descreemos de la iglesia o de los partidos políticos.

No parece algo de esta época, tomar decisiones relevantes y esperar que sean definitivas. No creo que alguien se tome el mismo tiempo para tocar en "Like" que en elegir una carrera que defina "lo que vas a ser". Como si eso fuera lo que vas a ser.

Mucho tiene que ver el miedo en este contexto, donde el individuo siente pánico frente a la idea de establecer una relación duradera, el miedo lleva a una insensibilidad planificada, que permita a los individuos desprenderse y prenderse de ideas sin consecuencias.

Antes el plato de la identidad se preparaba con pocos ingredientes, alcanzaba con un club de fútbol, con un partido político y con una empresa donde hacer carrera (son simplemente ejemplos), es como si fuera comer ravioles en la casa de la abuela, un clásico imperturbable, que ni el paso del tiempo va a eliminar (aunque sólo hayas visto esta situación por tv). Unidades profundas que se incluían hasta la raíz de la persona, estaban ahí para marcar definitivamente. Hoy el plato ganó ingredientes, pero perdió contundencia, se transformó en algo más parecido a un tapeo, o a un restaurant de comida molecular, donde es se juega con los ingredientes, se comen muchos platos, se experimenta, donde un plato de puede gustar y otro no tanto, donde hay lugar para el cambio, porque eventualmente, en este tapeo uno va a terminar lleno igual. Están ahí para señalar temporalmente la identidad, es un momento específico.

La señalización temporal tiene que ser tibia porque de lo contrario no podría ser, en los cuestionamientos desaparece. No puede una identificación que nace como señalización temporal transformarse en un elemento sólido de un día para el otro, no se puede esperar que una persona al poner "Me Gusta" tenga que ponerle el cuerpo a su declaración, que vaya a dejar la vida, que vaya a transformarlo en un elemento constitutivo de su historia. Hay una distancia enorme entre clickear "Me Gusta" y comprometerse con la declaración, porque cuando esa declaración va a juicio pierde sentido. Juan Pablo Varsky habla sobre el #chaugrondona y la marcha de 40.000 personas en la nota Grondona ¿No habrá llegado la hora? . Allí relata como las redes sociales se manifestaron fuertemente contra la presidencia de Humberto Grondona en la Asociación de Fútbol Argentino, en las redes se convocó a una marcha en señal de repudio a la que adhirieron las personas que mencionamos anteriormente. Para el día de la marcha ocurrieron dos hechos significativos, antes del encuentro el tema que había movilizado la protesta (el nuevo torneo) ya había sido revocado, las redes sociales habían sido escuchadas. Sin embargo, en la calle de la AFA se vieron menos de mil personas, la convocatoria era una declaración de ideales, sino una referencia temporal de lo que sentía esa gente.


Si el "Me Gusta" fuese un contrato a dos años, muchos deberían pensarlo antes de hacer clic, y por ello, su esencia moriría (sabiendo eso probablemente entendamos la diferencia semántica entre "hazte fan" y "me gusta" el compromiso con el objeto es totalmente diferente). La decisión de lanzar en abril del 2010 el botón “Me Gusta” como remplazo del “Hazte Fan” parece acertado desde lo estadístico y desde lo representativo de cada término, hacerse Fan implica definir algo más que un gusto hacia algo, implica que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones (Según la RAE). Existe el fanatismo en Argentina y en otros lugares del mundo, es parte de esa coexistencia de paradigmas que se mencionó, pero como ya vimos no es el motor de la construcción de identidad posmoderna.

Por su parte, la propuesta del +1 de Google parecería apoyarse sobre argumentos puramente funcionales, si bien se abraza determinado contenido de la misma manera que el "Me gusta", cambia la visualización/presentación de las adhesiones, incluyéndola en resultados de búsqueda y mejorando el posicionamiento orgánico de cada objeto. Una diferencia sutil, que pone el foco de la señalización temporal sobre lo producido en el objeto, en lugar de centrarse en la construcción que hace el sujeto.


El botón "Me gusta" es una interpretación brillante de la actualidad, herramienta perfecta para encausar la nueva identidad líquida. Pero no creamos que llegó para quedarse, quizás el año que viene no esté más entre nosotros, quizás no nos guste más.


Si te gustó el la lectura abajo podés compartirla con un Me Gusta, +1, Tweet. Si te gustó mucho tatuátelo en la espalda. :D

4 comentarios:

Granjero dijo...

Muy bueno gordo. No quiero comentar mas para no cagar el texto, colo decir congrats.

Agustín Salaberry dijo...

Gracias Granjero, que pocos comentarios. Se ve que nadie llega al final leyendo :D

Saifl dijo...

lo lei el otro dia y me olvidé de comentarlo.

me gustó mucho, pocas veces leo cosas interesantes sobre este tipo de cosas que hay en la web, su significado y demás.

lo q más me sorprendió fue la conclusión final de que no llegó para quedarse, que quizás no nos guste más en 1 año. la comparto, pero casi nunca uno se da cuenta de esas cosas en la web. uno las pasa y no las piensa, no las analiza. es tanta la información/aplicaciones/etc nuevos, tanta la renovación, que la gran mayoría de las veces los cambios se nos pasan por alto.

muy bueno gordo, congrats

Florencia L. dijo...

¡Muy bueno Agus! Mi TP de Bauman tb reflexionó sobre FB, incluyendo un mini análisis del "Me gusta" y el inexistente "No me gusta".
Oficialmente, Facebook sostiene que se considera “una red positiva”. Sin embargo, el motivo de fondo serían los anunciantes. "Facebook es una de las mayores plataforma de banners de publicidad en línea (...) Un botón de Dislike, mal utilizado o en manos de consumidores frustrados o enojados pondría a Facebook y sus anunciantes en situaciones muy escabrosas", Gabriel Sama, experto en redes sociales, a la BBC Mundo.