Por Juan Carlos de Pablo para La Nacion
Economista
El proyecto de ley destinado a terminar con el régimen de jubilación privada inaugurado en 1994 a través de las AFJP, es una tragedia que lamentablemente no sorprende. Ojalá el Congreso Nacional genere otra sorpresa agradable, como cuando frenó la ratificación legislativa de la resolución ME 125/08.
Quienes aportaron a las AFJP iban a recibir como monto jubilatorio una suma que depende de cuánto y cuándo aportaron, y de las inversiones que realizaron los directores financieros de las administradoras. Más pongo, más saco; antes pongo, más saco. Mejor invierten, más recibo; peor invierten, menos recibo.
Son las reglas del juego, que aceptó quien optó por el sistema y volvió a optar en 2007, ¡cuando no se pasó al régimen de reparto! (a pesar de la intensa campaña pública y sindical al respecto).
El Poder Ejecutivo pretende defender mis intereses, reestatizando el sistema. No, gracias. Mejor debería dejar de complicarle la vida a las AFJP, enchufándole de prepo títulos públicos que luego paga distinto de cómo prometió.
¿Por qué voy a creer el argumento de la defensa de mi jubilación, cuando veo cómo el Gobierno trata a sus jubilados que cobran por encima del monto mínimo? El jubilado de apellido Badaro consiguió que la Corte Suprema de Justicia obligara al Ejecutivo a abonarle 88% de reajuste. ¿Lo habrá cobrado? Hay aproximadamente 1.200.000 "Badaros". El proyecto de ley bajo análisis pretende aumentar notablemente el número de "Badaros".
¿Qué lleva a este Gobierno a adoptar esta medida? Una mezcla de ideología y absoluta necesidad. La ideología es la misma que llevó a la reestatización del Correo, Aguas Argentinas y Aerolíneas Argentinas. Tengo suficientes años como para no hacerme ilusiones respecto al funcionamiento de empresas en manos públicas.
La absoluta necesidad de fondos públicos, dada la imposibilidad de emitir nuevos títulos (no sólo por la crisis internacional sino por cómo se encaró el canje en 2005), la dificultad de Chávez de comprar nuevos bonos dado que el precio del petróleo cayó a la mitad, y la reducción de ingresos por derechos de exportación, por el menor precio internacional de los granos, todo esto compromete "la caja". ¿Ajustar el gasto público? Qué va, más fácil es arrebatar fondos privados que le generarán obligaciones a los gobiernos? futuros.
Un gobierno que se apropia de fondos previsionales privados de esta manera, envía una señal muy peligrosa sobre lo que puede ocurrir en otras áreas. La responsabilidad profesional me impide ilustrar con ejemplos, pero la febril imaginación de los argentinos ya empezó a correr.
¡Animo!
Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1062156&pid=5252235&toi=6258